HOLA ¿COMO ESTAIS?

Hola, soy Jorge del Nozal, un amante de la poesía como vosotros y me he decidido a crear este espacio para compartir mi afición y poder llegar con mi voz y mi palabra a todo el mundo.

Os invito a que disfrutéis y compartáis conmigo este sentimiento convertido en palabra y voz.

En el blog encontraréis una recopilación de mis mejores poesías además de poder escucharlas a viva voz recitadas por mí. También me animaré a recitar a los grandes poetas que me inspiraron así como cualquier material que considere interesante.


Por último, pongo mi voz al servicio de todo aquel que quiera ver transformados sus poemas en poesía recitada.

Espero que disfrutéis y os relajéis con los contenidos y os hagan olvidar, aunque solo sea por un breve momento, los problemas de la vida cotidiana.

Gracias por visitarme y por vuestra participación.


Jorge

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domingo, 20 de noviembre de 2011

Poema 38: El niño que se encontro (Jorge del Nozal )





Recita Jorge del Nozal

                                           EL NIÑO QUE SE ENCONTRÓ


Las campanas del pueblo repicaban alegremente mientras que Jacinto lloraba tristemente, pues había perdido su sombra.
             Jacinto era un niño de 10 años, moreno de pelo y ojos negros, bajito y delgado, pero muy valiente. Hace 3 días se internó en el bosque en busca de aventuras. Llevaba una espada de madera y una cuerda anudada a su cintura. Después de caminar una hora entre grandes robles y robustas hayas, notó que algo se movía entre los matorrales a unos pocos metros de él. Sigilosamente se fue acercando hasta que de repente algo salió corriendo, el corazón de Jacinto dio un brinco y echando mano a la espalda puso su brazo en alto. Antes de que pudiera reaccionar, observó como un cervatillo con más miedo que él , se perdía en la espesura.
¡que susto me ha dado, y sólo era una cría! Dijo en voz alta Jacinto. Al cabo de unos minutos y después de refrescarse la cara y beber agua en un pequeño riachuelo, el niño continuó su camino sumido en sus pensamientos, por lo que no se enteró cuando un zorro cruzó a diez metros de él. El animal se quedó observándole unos instantes y al ver que el niño no le hacía caso continuó su camino.
Jacinto después de varias horas de caminata empezó a sentir el cansancio y el hambre. “tengo que encontrar algo de comida y descansar un poco” pensó el niño, y se dispuso a buscar algo que llevarse a la boca. La suerte le sonrió y en un recodo del camino encontrando algunas bayas y otros frutos silvestres. Se sentó en una roca y se dispuso a saciar su hambre. No habían transcurrido ni cinco minutos cuando escuchó un chasquido de ramas seguido de un ruido ensordecedor producido pro alguna garganta animal. Jacinto se incorporó de un salto y al darse la vuelta se encontró con un enorme oso pardo que en posición erguida , le miraba amenazante. El niño paralizado por el miedo no supo reaccionar y sintió como una parte de su ser desaparecía. ¡era su sombra! que poco a poco se iba deslizando por su cuerpo hasta arrastrarse por el suelo y perderse en la espesura del bosque. El oso al ver que algo se movía, se olvidó del niño y corrió tras su sombra. Entonces Jacinto aprovechó el momento y empezó a correr sin descanso con dirección a su casa. Era tanto el miedo que sentía que no pensó mas que en salvar su vida, sin darse cuenta que había abandonado a su propia sombra a las garras del oso. Corrió y corrió sin parar hasta quedarse sin aliento mientras que la noche se iba adueñando del bosque. Cuando estaba a punto de abandonar debido al cansancio vio a lo lejos las luces del pueblo que le proporcionaron las fuerzas necesarias para llegar a su casa. Derrumbado por el esfuerzo, cayó en su cama y se quedó dormido.
A la mañana siguiente se despertó llorando amargamente pues recordó que había  sido un cobarde abandonando a su sombra y que jamás podría llegar a ser un hombre integro. Sumido en el dolor y la vergüenza, se levantó decidido a por lo menos tener el valor de contar a la gente lo que había hecho. Cuando un rayo de sol entró por la ventana proyectando una sombra, ¡no puede ser! ¡ha vuelto! ¡es mi sombra! ¿ como es posible, ya la había abandonado?. En su alegría abrió los brazos para abrazarla pero se dio cuenta que al cerrarlos se estaba abrazando a el mismo, pues su sombra era parte de él.
Y así es como Jacinto volvió a recuperar la confianza en si mismo. Nunca supo como su sombra pudo salvarse de las garras del oso, pero aprendió que el valor y el miedo siempre tienen que estar juntos porque forman parte del ser humano.
Pero yo os voy a explicar porque la sombra consiguió librarse del terrible oso. A medida que la noche iba llegando, la sombra iba desapareciendo, hasta que todo el bosque oscureció y la sombra se confundió con la noche. Así es como pudo llegar a su casa sin ser vista.



                                                    

9 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Me gustó mucho el cuento Jorge. Creativo y lleno se simbolismo.

Creo que nos pasa a todos, atravesar "el bosque" amenazante y desconocido. Pienso que nuestros miedos provienen de nuestras sombras y en ocasiones se desvanecen cuando nos abrazamos a ellas y afrontamos los diversos desafíos.

Felicitaciones y un fuerte abrazo.

jorge del nozal garcia dijo...

Gracias Adriana, ni yo lo hubiera explicado mejor.
un abrazo.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Querido Jorge, qué cuento más delicioso e instructivo.
Recoge lo que somos: paradójicos, luz y sombra, valor y miedo, bondad y maldad..., humanos en definitiva. Somos al mismo tiempo ángeles y demonios, héroes y pusilánimes, guerra y paz, sonrisa y lágrima. Somos así y, en ocasiones, dejamos a nuestro paso estelas de estrellas.
He leído hoy en algún sitio que la luz se puede reflejar de dos formas: siendo lámpara que la emite o espejo que la refleja. Me ha encantado y creo que se puede aplicar a este cuento tuyo. ¡Cuánto aprendió Jacinto de la experiencia en el bosque!
Un grandísimo abrazo.

El Pregonero dijo...

Precioso JOrge. Felicidades por el cuento y por tu impresionante voz.

jorge del nozal garcia dijo...

Gracias Isabel, estas dejando en mi blog una estela maravillosa.
Pregonero, gracias por tus palabras.
Abrazos.

María dijo...

Jorge, es un cuento muy bonito, gracias por compartirlo.

Un beso, Jorge.

Marisa dijo...

La sombra de Peter Pan huía de él, quizás porque se negaba a ser mayor. Peter, con la ayuda de Wendy, tuvo que perseguir y atrapar su sombra y cosérsela a sus zapatos.
Tu personaje Jacinto también creo que pierde su sombra por miedo, por temor. Solo regresa camaleonizada con la oscuridad de la noche, cuando la valentía retorna a su corazón.

Bello cuento, Jorge con no menos bella metáfora.
Un placer leerte.
Un beso.

jorge del nozal garcia dijo...

María, gracias por leerme y escucharme.
Marisa,Estoy asombrado por tu capacidad de interpretación. Perfecta.
Abrazos.

lichazul dijo...

Jorge, felicitaciones, el cuento es encantador , y tu voz le aporta aún más , sos un crac de la declamación
perder la sombra es una forma de perdernos a nosotros mismos y dejar de ser luz para otros, enfrentar los problemas es signo de madurez y crecimiento y que bien por tu personaje

abrazos y buen fin de semana

hoy 25 de Noviembre soy un spam socialdenuncia
las palabras pueden ser caricias y herramientas de comunión, pero también la palabra a veces es arma que desarma a la dignidad y hasta la brutalidad se hace eco de sus disparos a mansalva.

No a la violencia de género!!!