Recita Jorge del Nozal
Un beso con alas
Bésame ahora
que no mira nadie,
luz, si me aguardas;
venga ese beso antes
de que el alba despierte
y de que esto se apague,
pues lo nuestro,
si sólo es mirada,
cuando aquélla levanta
todo se pierde.
Si esa tuna bella
que alumbra mi lecho
es la misma
que ronda en tu calle,
no estamos lejos,
¡bésame, venga!,
¡bésame!, ¿vale?;
entre nosotros camina,
justo cabe, pero entra,
con su prenda suave
de tul de seda fina,
la luz amable
de la esperanza.
¡Bésame,anda,
venga ese beso!,
que eso no pesa,
que eso no es nada;
hazlo sin miedo,
¿no ves a Luna?,
¿no besa el aire?,
¡y el silencio,
acaso no besa?.
¡Bésame!, ¡quiero!,
que más pesa un alma y,
ya ves, no cae el cielo.
¡Bésame!, ¡venga!,
aunque sea eso,
un beso con alas;
que, del resto,
ya otros se encargan:
cuando no mira nadie,
la luna y el aire
me lo pasan.
Tú sólo eso,
y luego lo dejas,
mas, si quieres, le hablas,
y así lo diriges,
así, como si nada:
"¡vete, beso, ala,
no seas tonto, venga,
anda presto y besa,
que pronto es el alba!"
Así se lo dices,
así me lo mandas.
¡Bésame uno!, ¡anda!,
aunque sea de boca,
pero que sepa a mucho;
con los ojos cerrados,
que sólo vea el alma,
que así es más profundo,
así más se nota.
¡Bésame hielo
o bésame agua,
pero bésame o muero,
aunque sea ello
un beso con alas!
¡Bésame, anda!
¿No ves, mi cielo,
que eso no es nada?
Jon