PENA Y ALEGRÍA DEL AMOR
Mira cómo se me pone
la piel cuando te recuerdo.
la piel cuando te recuerdo.
Por la garganta me sube
un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
y cuchillos en los dedos
y en mi sien una corona
hecha de alfileres negros.
un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
y cuchillos en los dedos
y en mi sien una corona
hecha de alfileres negros.
Mira cómo se me pone
la piel ca vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
y sin embargo, te quiero.
la piel ca vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
y sin embargo, te quiero.
Entre tu casa y mi casa
hay un muro de silencio,
de ortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo
que anda rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
¡Y yo sé bien que me quieres!
¡Y tú sabes que te quiero!
Y lo sabemos los dos
y nadie puede saberlo.
hay un muro de silencio,
de ortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo
que anda rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
¡Y yo sé bien que me quieres!
¡Y tú sabes que te quiero!
Y lo sabemos los dos
y nadie puede saberlo.
¡Ay, pena, penita, pena
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría,
quererte como te quiero!
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría,
quererte como te quiero!
Cuando por la noche a solas
me quedo con tu recuerdo
derribaría la pared
que separa nuestro sueño,
rompería con mis manos
de tu cancela los hierros,
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento.
Y luego, qué se me daba
quedarme en tus brazos muerto.
me quedo con tu recuerdo
derribaría la pared
que separa nuestro sueño,
rompería con mis manos
de tu cancela los hierros,
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento.
Y luego, qué se me daba
quedarme en tus brazos muerto.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
quererte como te quiero!
Nuestro amor es agonía,
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.
Es morirse a cada paso
y seguir viviendo luego
con una espada de punta
siempre pendiente del techo.
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.
Es morirse a cada paso
y seguir viviendo luego
con una espada de punta
siempre pendiente del techo.
Salgo de mi casa al campo
sólo con tu pensamiento,
para acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías del pueblo
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo.
Y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo.
sólo con tu pensamiento,
para acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías del pueblo
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo.
Y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo.
Ayer, en la Plaza Nueva,
—vida, no vuelvas a hacerlo—
te vi besar a mi niño,
a mi niño el más pequeño,
y cómo lo besarías
—¡ay, Virgen de los Remedios!—
que fue la primera vez
que a mí me distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé mi niño del suelo
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso.
—vida, no vuelvas a hacerlo—
te vi besar a mi niño,
a mi niño el más pequeño,
y cómo lo besarías
—¡ay, Virgen de los Remedios!—
que fue la primera vez
que a mí me distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé mi niño del suelo
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
quererte como te quiero!
Mira, pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
y aunque la tierra se abra
y aun cuando lo sepa el pueblo
y ponga nuestra bandera
de amor a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así,
tormento de mis tormentos.
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
y aunque la tierra se abra
y aun cuando lo sepa el pueblo
y ponga nuestra bandera
de amor a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así,
tormento de mis tormentos.
¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!
quererte como te quiero!
18 comentarios:
Hola, Jorge
Impresionante poesía, llena de amor. Y en tu voz, un regalo.
Besotes.
¡Madre mía! Es como una de esas coplas tremendas de la postguerra.
Un saludo.
Vaya poema. Querer sin poder querer, es doloroso pero bonito. Besos
Jorge,el poema de Rafael de León es una preciosidad lleva ritmo,pasión y belleza en la forma y en el fondo...
Tu interpretación es muy buena,como siempre...Una gozada escucharte y disfrutar del arte de la poesía y el buen recitado.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso.
Feliz semana y gracias por todo,Jorge.
M.Jesús
Rafael de León y tu ponéis los pelos de punta...¡¡¡¡Un abrazo.
He disfrutado muchísimo de este poema.
Me encanta la claridad con la que está escrito que no deja nada a la imaginación; dice justamente lo que quiere decir y nada más.
Amenizado con tu voz un verdadero placer.
Un abrazo.
Me has dejado sin palabras. Un poema del Maestro León en tu voz. Eres genial ¿te lo había dicho?
Un beso grande grande.
SORPRENDENTE, JORGE. TE HA QUEDADO BORDADO, IMPRESIONANTE.
UNA PRECIOSIDAD DE POEMA QUE DICE TODO SIN DAR LUGAR A DUDAS.
UN ABRAZO DE MOS DESDE LA ORILLA DE LAS PALABRAS.
Magnífico el poema de Rafael de León recitado por ti.
Me he estremecido al escucharte.
Gracias, amigo, y un abrazo.
El que estremeces eres tú.Gracias por tu visita Gorge.Un saludo
Ay, Jorge de mi corazón...cómo me has puesto con ese desgarro de voz, con la pasión que la has declamado, ha llegado hasta mi corazón tu voz y se quedó prendada allí dentro, que todavía resuenan los versos de ese otro maestro.
Enorme, impresionante, me sigues sorprendiendo cada vez que te escucho...hasta los ángeles miran para el suelo, para buscar quién es el hombre que le pone voz a tan bellos versos.
Gracias, gracias!!!!
PD.Más tarde me pongo en contacto contigo Jorge!!!!
Yo he conocido a una pareja que les ha ocurrido esactamente lo que cuentas en tu poema y creeme que se les ha visto sufrir mucho. Ellos, las parejas de ambos los hijos, etc.
Y aunque hopy en día es más fácil separarse no siempre se quiere.
Un saludo
Esta poesía la he escuchado en muchas versiones y todas suenan distintas pero tu la haces tuya y la haces nueva con el timbre de tu voz y el marcado de tus acentos.
Felicitaciones amigo mío
Permíteme que te diga una cosita más Jorge...estoy encantada de haberte escuchado de nuevo, con haberte sentido tan cerca, solamente puedo decir que me reafirmo en mi suposición, eres extraordinario, amable, sincero, comunicativo, generoso...jajaja, vale, vale ya paro!!!!!
Gracias corazón, gracias!!!!
Un abrazo que abarque tu gran naturalidad!!!!
Es un hermoso poema y en tu voz es impresionante.
Besos Jorge
Verdaderamente emocionante.
Gacias.
Muy bonito poema, lleno de intensidad y ritmo, precioso, es la primera vez que lo leo y me ha encantado. Gracias por compartirlo. Un abrazo.
"Ay, pena, penita pena !"Muero por este poema. Lo recitas como nadie. En mi tierra tenemos un cantante Mario Alvarez Quiroga que lo canta , igual que tú, como nadie.Siempre me gustó, al borde de la locura. gracias por compartir esta belleza. y te felicito por la elección. Un abrazo de luz.
Publicar un comentario